Páramo
Las Moyas, un recorrido de 2 km rodeado de rocas. Foto: Diego Santacruz / EL TIEMPO
Presencia
policial y auge de grupos que promueven el senderismo fomenta participación de
bogotanos.
Si se quisiera, se podría caminar desde la calle 174 hasta la 174 sur sin abandonar los caminos de los cerros orientales. Kilómetros y kilómetros de árboles, senderos, orquídeas salvajes, frailejones, cascadas, pozas de agua, cuevas, caminos muiscas y formaciones rocosas. Una reserva forestal de cerca de 14.000 hectáreas –40 veces más que el Central Park de Nueva York– a escasos metros de una gran urbe que había vivido de espaldas a este regalo de la naturaleza. Hasta ahora.
Si se quisiera, se podría caminar desde la calle 174 hasta la 174 sur sin abandonar los caminos de los cerros orientales. Kilómetros y kilómetros de árboles, senderos, orquídeas salvajes, frailejones, cascadas, pozas de agua, cuevas, caminos muiscas y formaciones rocosas. Una reserva forestal de cerca de 14.000 hectáreas –40 veces más que el Central Park de Nueva York– a escasos metros de una gran urbe que había vivido de espaldas a este regalo de la naturaleza. Hasta ahora.
Artículo completo en la edición dominical del
periódico El Tiempo en ESTEENLACE.
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