A mediados del 2009 los Amigos de la Montaña empezamos a sentir la necesidad de hacer una visita a la Empresa de Acueducto, y más específicamente al doctor Alberto Groot, director de abastecimiento de la Empresa y responsable de los predios de los que forma parte la cuenca de la Quebrada La Vieja, que recorremos cotidianamente. La intención de la visita era la de presentarnos oficialmente como una comunidad que vive este territorio, que ha desarrollado un sentimiento de pertenencia por la montaña, y que consecuente con ese sentimiento la quiere y la conserva.
Para esa visita elaboramos el documento “DESDE LA QUEBRADA LA VIEJA – Amigos de la Montaña”, documento que incluyó dos textos que habíamos elaborado en esos días titulados “La expresión de un sentimiento” (junio 6 de 2009) y “Por un mejor uso público de los cerros garantizando su cuidado y conservación” (agosto 31 de 2009). Fue un documento elaborado a muchas manos por quienes participamos de las reuniones de los Martes de la Montaña, y que después fue suscrito por 415 Amigos de la Montaña.
Allí intentamos interpretar lo que los Amigos de la Montaña sentimos por nuestro espacio, y lo que pensamos y soñamos en una relación armónica con la ciudad. Al volverlo a releer en estos días, personalmente siento que sigue teniendo vigencia.
No lo colgué antes en el blog porque solo hasta hace pocas semanas descubrí la aplicación adecuada para hacerlo:
Para esa visita elaboramos el documento “DESDE LA QUEBRADA LA VIEJA – Amigos de la Montaña”, documento que incluyó dos textos que habíamos elaborado en esos días titulados “La expresión de un sentimiento” (junio 6 de 2009) y “Por un mejor uso público de los cerros garantizando su cuidado y conservación” (agosto 31 de 2009). Fue un documento elaborado a muchas manos por quienes participamos de las reuniones de los Martes de la Montaña, y que después fue suscrito por 415 Amigos de la Montaña.
Allí intentamos interpretar lo que los Amigos de la Montaña sentimos por nuestro espacio, y lo que pensamos y soñamos en una relación armónica con la ciudad. Al volverlo a releer en estos días, personalmente siento que sigue teniendo vigencia.
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