JULIO 31 DE 1910

Los derechos de autor de esta imágen pertenecen a su respectivo dueño. Imágen tomada de Bogotá CD, Museo de Desarrollo Urbano, Copyright 1998

Juan Melgarejo es un lider en el proyecto de recuperación del la cuenca del Rio Arzobispo, cuenca a la que pertenece la quebrada la Vieja. Juan me hace llegar esta información de interés histórico para nosotros. Esta fotografía se encuentra en la página de la Biblioteca Luis Angel Arango y parece corresponder con bastante certeza a la inauguración del tanque del Acueducto de Chapinero. Fue tomada el 31 de julio de 1910. El tanque estaba ubicado en la calle 65 con carrera 1a., en lo que hoy sería el Barrio Juan XXIII, y estaba alimentado con el agua de las quebradas La Vieja y Las Delicias.

Y estas fueron las palabras del personero municipal de esa época, Francisco Giraldo, en ese preciso instante: "Señores, glorifiquemos el agua! El agua es sangre blanca. Es la leche que la madre tierra da en alimento a sus hijos. Bendita sea una y mil veces el agua; bendito ese licor en que se acendra la vida, y bendita la tierra que lo lleva en sus ubres, por los siglos. Señores, loemos los filtros de la tierra".

Las siguientes son dos fotografías del estado actual de la bocatoma desde donde se alimentaba el tanque del Acueducto en esa época. Estas ruinas las podemos ver al lado del camino, en su primera parte.

Madrugando un sábado a la montaña.

La familia Valderrama, una familia que camina unida.


Zarita no puede disimular la felicidad que le produce subir a la montaña.


El sol empezando a pegar en las copas de los árboles del Claro de Luna.


Felix necesitando una llevada al salón de belleza.


Ramón, un cachorro madrugador.


La última acacia antes de regresar a la salida.

Una caneca para cuidar la montaña

Gracias a la iniciativa y a la gestión de Gustavo Jaramillo y al apoyo económico y moral de los amigos de la montaña, de la Empresa de Acueducto y de los guardabosques Jorge y Nevardo, desde el miércoles pasado contamos con esta nueva caneca en la puerta de malla de la entrada al camino, para ayudarnos en el cuidado de la montaña.

Aunque la motivación inicial fue la de disponer de un lugar para que los dueños de perros pudieran dejar las bolsitas con los excrementos de sus mascotas, también nos sirve para dejar todos los papeles, botellas, cáscaras y basura en general que encontremos en el camino.

Podríamos adoptar el habito de echar en el bolsillo de la sudadera, al salir de la casa, una bolsa en la que recojamos la basura que vayamos encontrando para dejarla luego en esta caneca.

Hace algunos días Jorge Gutierrez y otros amigos de la montaña manifestaron la idea de escoger un día en el mes en el que hagamos una brigada especial de aseo general.

Son ideas que iremos comentando, definiendo y poniendo en práctica en los próximos días.