Según la OMS, Bogotá debería tener 15
metros cuadrados de espacio verde por habitante. Pero hay menos de cuatro. Esa
carencia explicaría el auge de visitantes que está causando graves impactos
ambientales en estos sitios.
En ocasiones se piensa que el evidente
impacto sobre los senderos de las quebradas La Vieja y Las Delicias y su zona
de influencia, en la localidad de Chapinero, es un asunto puramente ambiental
ocasionado por el turismo. Desde la experiencia de los Amigos de la Montaña,
sin embargo, este impacto es principalmente un asunto de salud pública y
equidad social.
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