Por: Natalia Arenas
En los últimos meses, dos construcciones de
vivienda han levantado polémica en Bogotá porque están en zonas ambientalmente
protegidas y porque la alcaldía de Gustavo Petro ha tomado decisiones muy
diferentes a la hora de definir su futuro.
Se trata de las urbanizaciones Cerro Verde,
en plena reserva forestal de los cerros orientales de la capital, y Fontanar
del Río en el Humedal La Conejera, que es de propiedad del papá del concuñado
del Alcalde Petro.
En el primer caso, el Distrito emitió un
concepto diciendo que la licencia de construcción que fue prorrogada el año
pasado, no está vigente y por lo tanto, no se podía prorrogar. Así, si se
inician las obras, la alcaldía local de Chapinero -que es la que toma la
decisión- puede tener un argumento con el cual suspenderlas. Además, prometió
demandar la licencia usando ese concepto como sustento porque considera que la
licencia es ilegal.
En el caso de la Conejera, en cambio, el
Distrito no ha tomado ninguna decisión para frenar la construcción de la obra.
La razón, según la Secretaria de Ambiente, Susana Muhamad, que ha investigado
el caso, es que no se cumplen las condiciones para pedir medidas preventivas
porque la licencia de construcción es legal y porque el daño ambiental no es
grave e irreversible como aseguran los defensores del Humedal que han pedido
que se suspenda la obra.
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